El
pasado jueves 18 de abril murió nuestro querido amigo el Dr. Raúl
Bernardo López García, Director Ejecutivo Fundador de la gaceta
Salud. Su entusiasmo, entrega y profundo amor a la vida son ejemplo para quienes
tuvimos la dicha de trabajar con él. Dedicamos este primer número
a su memoria y presentamos el siguiente artículo póstumo. |
El
impacto médico, social y familiar del fallecimiento de una mujer, como
consecuencia del embarazo, es motivo para pensar... pero sobre todo para actuar,
ante uno de los indicadores más elocuentes en la calidad de la prestación
de los servicios de salud. Para dar
soporte a políticas, estrategias y accio-nes orientadas a la protección
de la embarazada y su hijo, es fundamental el análisis de componentes que
intervienen en la muerte materna, resultado de la interacción de factores
biológicos, sociales y ambientales que expresan la salud comunitaria.
En México, por fortuna, la tasa de mortalidad materna muestra una tendencia
descendente: es de 95 mamás por cada 100 mil nacidos vivos en 1980 y de
53 en 1998. Sin embargo, el valor registrado en este último año
es semejante al de 1990. La tasa más baja corresponde a 1993, con 44.7,
muy elevada si se compara con países desarrollados, que reportan de seis
a 15 decesos. En Estados Unidos la tasa se mantiene estable en 7.5 desde 1982,
lejos aún del 3.3 planteado para el año 2000. La toxemia,
hemorragia e infección ocupan los tres primeros lugares en causas de defunción...
y lo más lamentable es que aproximadamente 80 por ciento de estas muertes
son previsibles; cerca de la cuarta parte ocurre en mujeres mayores de 35 años
y casi 10 por ciento en adolescentes. Es importante el subregistro, ya
que se estima, el número de muertes maternas por embarazo y sus complicaciones
es 1.3 veces mayor a lo que reportan las cifras comprobables y oficiales en México.
Dr. Raúl Bernardo López García
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