Sor Mary:
amor y ciencia al servicio del corazón

En las salas de operación y terapia intensiva encontró lo que ella califica como su maravillosa misión: velar por los derechos del ser humano que está desprotegido

Inteligente, moderna, disciplinada y alegre, llegó hace 20 años al Instituto Nacional de Cardiología como supervisora en quirófanos y terapia intensiva.

María Guadalupe Suárez Vázquez, mejor conocida como Sor Mary, pertenece a la orden de Hermanas de la Caridad del Verbo Encarnado.

Aunque quiso ser misionera, trabajó en la Sierra Tarahumara y luego estudió enfermería para, algún día, regresar a trabajar con los indígenas.

Sus condiciones de vida y la falta de atención en salud despertaron en la joven la vocación por la enfermería, que se adhirió casi con naturalidad a su impulso religioso.

Sin embargo, fue otro, muy diferente, el entorno que sedujo para siempre a María Guadalupe.

En las salas de operaciones y terapia intensiva encontró sentido a su vocación, lo que ella califica como su maravillosa misión con los pacientes: velar por los derechos del ser humano que está desprotegido dormido, sea hombre, mujer o niño.

Sor Mary enfrenta los avances científicos y tecnológicos con la solidez académica suficiente. Sabe que la enfermería tiene ante sí grandes retos, pues proviene de una tradición empírica.

Esta actitud hacia la ciencia llevó a la orden de Sor Mary a hacerse cargo de los servicios de enfermería de cardiología, desde sus inicios.

 


En 1943 el maestro Ignacio Chávez, fundador del Instituto, fue a unas jornadas médicas al Hospital Muguerza, en Monterrey, donde conoció el trabajo de las religiosas como supervisoras de enfermería.

Luego, el maestro Chávez viajó a México y le pidió al entonces presidente, Manuel Ávila Camacho, permiso para que, por primera vez en una institución oficial, hubiera religiosas al servicio de los enfermos. El eminente cardiólogo explicó al residente que las pedía por su preparación y no por ser religiosas.

La Orden tiene una escuela en la Universidad de San Antonio, Texas. Se le considera pionera de la enfermería mundial por su tendencia a la profesionalización científica. Las hermanas trabajan en el Instituto desde 1943, un año antes de su inauguración, ya que prepararon los departamentos donde ofrecerían sus servicios de liderazgo.

Hoy, Sor Mary lucha para que la enfermería sea reconocida como una carrera universitaria.También defiende las tradiciones de la institución: el lema que habla del amor y la ciencia al servicio del corazón y, en la mística que les enseñó Ignacio Chávez, que las enfermeras deben ser la caridad hecha sonrisa a la cabecera del paciente.

"Somos profesionales idóneos e indispensables, espe-cialmente cuando conjugamos esas dos virtudes en las que nos hacía énfasis el maestro Chávez: 'Saber y servir'...La vocación de servicio se aplica desde la promoción de la salud en la consulta externa hasta asistir efectivamente en un trasplante cardiaco", acotó la religiosa.
Labor de décadas en el Instituto Nacional de Cardiología
María Guadalupe Suárez Vázquez es subdirectora de Enfermería del Instituto Nacional de Cardiología (INC) Ignacio Chávez. Recibió recientemente la medalla Isabel Candela y Gómez de manos del presidente Vicente Fox.
Decidida impulsora de la docencia, se ha distinguido por elevar el estatus académico de las enfermeras a nivel licenciatura, y que sean reconocidas por ello. Estudió en la Cruz Roja Mexicana y en la Escuela Nacional de Enfermería y Obstetricia de la UNAM.

Tiene la especialidad en enfermería quirúrgica y en terapia intensiva. El INC alberga una escuela para enfermeras, con nivel licenciatura, además del posgrado en cardiología para estas profesionistas, el de mayor prestigio a nivel nacional. Sor Mary es afectuosa, pero enérgica. Sus alumnas la recuerdan por su gran sentido de justicia, pues cuando detecta a alguien con aptitudes especiales, pone atención en que reciba las oportunidades de desarrollo académico y profesional.