COMUNICADO DE PRENSA No. 355

29/Diciembre/2004

Previene la Fibra enfermedades Crónico-Degenerativas

 

  • La población mexicana consume apenas la mitad de lo que el organismo requiere.
  • Este nutriente se encuentra en todas las frutas y verduras, así como en alimentos procesados como los cereales.

La fibra juega un importante papel en la prevención, desarrollo y tratamiento de algunas enfermedades como el estreñimiento, la obesidad y la diabetes mellitus, sin embargo la población mexicana consume apenas la mitad de la cantidad recomendada por el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”, de la Secretaría de Salud, que es de entre 25 y 30 gramos diarios.

Una dieta con alto contenido de fibra y baja en grasa saturada y colesterol ayuda a prevenir o retardar los padecimientos crónico-degenerativos que hoy en día ocupan los primeros lugares de causas de mortalidad en el mundo, como el cáncer, la diabetes, los desórdenes gastrointestinales y las enfermedades del corazón, al ser la vía para eliminar sustancias potencialmente dañinas que las causan como el colesterol, las grasas y los triglicéridos no requeridos por el organismo.

Sin embargo, con un consumo promedio diario de 14 gramos de fibra, la población mexicana en general está seis puntos por debajo de la recomendación mundial, con sus consecuentes daños como el aumento de hipertensión arterial, diabetes mellitus y obesidad desde edades tempranas.

Se piensa que la fibra dietética sólo sirve para acelerar el tránsito de la masa alimentaria fecal por el intestino; por el contrario, normaliza el tiempo de recorrido, ya que en personas estreñidas promueve el movimiento intestinal, pero en quienes tienen diarrea puede aliviar esta condición y normalizar la defecación.

Asimismo, estudios internacionales han mostrado que el consumir dietas altas en fibra promueve la movilización de las reservas de grasas del cuerpo, impidiendo su acumulación en zonas de la piel propensas a ello, además de contribuir al buen funcionamiento de los estrógenos, disminuyendo los síntomas que se presentan en las mujeres en la etapa del climaterio.

Por otro lado, la fibra también se ha utilizado en algunas investigaciones para el mejoramiento de la función de las vías respiratorias altas, así como del síndrome metabólico.

Conforme avanza la edad, también debe ir incrementándose el consumo de fibra, de tal forma que a los tres años se recomiendan ocho gramos diarios y 23 gramos a los 18 años; Los niños deben consumir un promedio diario de 20 gramos de fibra, lo cual contribuye a evitar el sobrepeso y la obesidad, y disminuye la predisposición a padecer enfermedades crónico-degenerativas en la edad adulta, sobre todo en quienes tienen factores de riesgo como la herencia.

Sin embargo, durante el primer año de vida no se debe exceder los cinco gramos, debido a que el intestino todavía no está preparado para una mayor cantidad, lo que pudiera tener efectos negativos.

Existen dos tipos de fibra dietética: la insoluble y la soluble. La acción principal de la primera en el organismo es un aumento en la masa fecal y la disminución del tiempo de tránsito intestinal, con lo cual es de gran ayuda en el estreñimiento. Se encuentra en el salvado de trigo, granos integrales y algunas verduras como col, chícharos, frijol verde, habas, brócoli, manzanas y zanahorias.

En tanto, la soluble ayuda a disminuir la concentración sanguínea de colesterol y además coadyuva a reducir la absorción intestinal de la glucosa proveniente de los alimentos, de ahí que sea fundamental en las personas con diabetes. Este tipo de fibra se encuentra en cantidades pequeñas en la mayoría de los alimentos, sobre todo las leguminosas, la avena, la cebada y algunas frutas y verduras como calabaza, manzana, cítricos, coliflor, col, zanahorias, fresas y papas.

Debido a que la fibra está concentrada generalmente en la cáscara y capas exteriores de los vegetales, ésta se puede perder al extraer sólo su jugo, o al pelarlos, por lo cual se recomienda cocer las verduras al vapor para preservar tanto esta sustancia como otros nutrimentos.

Por otra parte, los métodos modernos de procesamiento reducen su contenido dietético, por ejemplo, la harina blanca contiene menos fibra que la de grano entero y por lo tanto los panes y cereales integrales son mejores fuentes que el arroz blanco.

Es importante destacar que el exceso de fibra puede causar inicialmente gas, distensión, dolor abdominal y diarrea. Por ello, si se desea aumentar su consumo debe hacerse gradualmente permitiendo que el aparato digestivo se adapte a ello.

La mejor forma de ingerir una cantidad de fibra para cubrir la recomendación es incrementar el consumo de frutas y verduras frescas, leguminosas, cereales integrales y sus derivados. Se puede iniciar incluyendo en la dieta una o más raciones de vegetales con cáscara, siempre que sea comestible, con lo que en promedio se estarán consumiendo entre dos y tres gramos adicionales por ración.

También se recomienda el consumo de cereales integrales elaborados con salvado de trigo, sobre todo en el desayuno, los cuales aportan 11 gramos de fibra por ración de 40 gramos, ya que además en su mayoría están fortificados con vitaminas y minerales, pero para que ésta actúe adecuadamente, se necesita consumir por lo menos ocho vasos de agua diarios.

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