EL CONSUMO DE DROGAS EN MÉXICO:
Diagnóstico, Tendencias y Acciones

 

LA RESPUESTA DE MÉXICO ANTE EL CONSUMO DE DROGAS

 

A N E X O


TERCERA ENCUESTA NACIONAL DE ADICCIONES, 1998.

METODOLOGÍA

Entre las estrategias para evaluar la extensión del uso de drogas en los subgrupos de la población afectada y sus tendencias a través del tiempo, la Secretaría de Salud (SSA) realizó dos encuestas en hogares entre la población urbana del país (73.39% del total de la población) de entre 12 y 65 años de edad, en 1988 y 1993.

A través de éstas, así como de estudios realizados entre estudiantes de secundaria (1976-1997) y de sistemas de registro de información, se observaba que la magnitud del problema era relativamente baja, pero con una tendencia creciente, por lo que era fundamental realizar una tercera encuesta nacional para determinar las tendencias de este problema en los últimos cinco años.

Así, la SSA realizó la tercera Encuesta Nacional de Adicciones (ENA 98), con el fin de actualizar la información sobre la prevalencia del uso de distintas sustancias adictivas por los residentes habituales de viviendas de entre 12 y 65 años de edad al momento de la entrevista.

El diseño permitió estratificar los resultados en poblaciones adulta (18 a 65 años) y adolescentes (12 a 17), ubicadas en las tres regiones en que se dividió el país. Se hizo énfasis en la franja fronteriza del norte, dados los resultados que han mostrado estudios previos. La cobertura se restringió a la población urbana, es decir, a la que radica en localidades mayores a 2 500 habitantes según el Conteo Nacional de Población de 1995, realizado por el Instituto Nacional de Geografía, Estadística e Informática (INEGI).

Los objetivos generales de estudio fueron:

  • Evaluar la prevalencia del uso de drogas, tanto médicas como no médicas, alcohol y tabaco.

  • Evaluar las tendencias en el consumo de drogas, alcohol y tabaco en una muestra representativa de la población urbana de México.

Los objetivos específicos fueron:

  • Obtener la prevalencia del consumo de drogas, alcohol y tabaco en la población de 12 a 65 años.

  • Identificar las regiones de mayor riesgo con relación al problema del consumo de drogas.

  • Realizar comparaciones con los estudios previos de 1988 y 1993.

  • Evaluar la relación entre factores de riesgo ambientales interpersonales, familiares y personales, con la experimentación, el uso constante y el uso problemático de drogas, alcohol y tabaco.

  • Desarrollar y evaluar modelos de predicción de consumo de drogas, alcohol y tabaco con el propósito de incidir en la realización de programas de prevención.

  • Retroalimentar a los sectores Salud y Educación, para desarrollar y fortalecer medidas preventivas sobre el uso y abuso de drogas, alcohol y tabaco.

  • Abrir nuevas líneas de investigación.

La población objetivo estuvo conformada por personas de 12 a 65 años que radican en localidades de 2 500 habitantes o más, dividida en 2 grupos: i) población adolescente (12 a 17 años); y ii) población adulta (18 a 65 años).

La información fue obtenida a través de un cuestionario estandarizado que se contestó mediante una entrevista cara a cara, realizada por encuestadores previamente capacitados en el manejo del instrumento. Éste fue extensamente probado con respecto a sus elementos de comprensión de preguntas, validez y confiabilidad; contiene los indicadores básicos propuestos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para evaluar uso/abuso y dependencia a sustancias, así como los problemas que se asocian con estas prácticas. Se han mantenido estables los indicadores utilizados en la investigación epidemiológica llevada a cabo en el país desde 1974 y se han agregado otros, resultado de las revisiones efectuadas por la OMS en este periodo. Incluye además preguntas que permiten identificar al usuario de acuerdo con variables sociodemográficas, percepción social del consumo, factores de riesgo para el inicio y el abuso de sustancias (por ejemplo, percepción de riesgo, tolerancia social) y otros problemas con los que se asocia esta práctica, como: la violencia, la conducta sexual de riesgo y la conducta antisocial.

El diseño de muestra fue probabilístico, polietápico, estratificado y con selección de conglomerados en varias etapas del muestreo. Para ello, se uso el marco cartográfico y de datos a nivel localidad y Área Geoestadística Básica (AGEB) del Conteo de Población 1995.

Se crearon 9 estratos geográficos:

  1. Las tres áreas metropolitanas más grandes del país, cuya delimitación se basó en la definida por el INEGI:

  1. Área metropolitana de la ciudad de México

  2. Área metropolitana de Guadalajara

  3. Área metropolitana de Monterrey

  1. Las tres ciudades fronterizas:

  1. Tijuana

  2. Ciudad Juárez

  3. Matamoros

  1. Las tres regiones del país, de las que fueron excluidas las tres ciudades fronterizas y las tres áreas metropolitanas:

  1. Norte: Baja California, Baja California Sur, Sonora, Sinaloa, Nayarit, Durango, Chihuahua, Coahuila, Tamaulipas, Zacatecas y Nuevo León.

  2. Centro: Aguascalientes, Guanajuato, San Luis Potosí, Querétaro, Colima, Michoacán, Hidalgo, Jalisco, Estado de México.

  3. Sur: Puebla, Tlaxcala, Morelos, Guerrero, Veracruz, Yucatán, Campeche, Quintana Roo, Oaxaca y Chiapas.

El diseño de muestreo pretendía incluir 9 660 entrevistas en hogares, en espera de encontrar 5760 adultos y 3 972 adolescentes con entrevistas completas. Sin embargo, al tomar en cuenta una tasa de no respuesta del 16% el tamaño de muestra se ajustó a 11 400 viviendas. La muestra se calculó con una presición del 3% y un nivel de confianza del 95% para datos nacionales; para los nueve estratos, se calculó con presición del 5% con niveles de confianza de entre 90% y 95%. El efecto de diseño fue de 2.3 a 3.5 para valores de parámetros que oscilaron entre 20% y 50%.

El diseño de muestreo en los estratos que corresponden a las áreas metropolitanas y ciudades fronterizas se hizo en varias etapas. En la primera se seleccionaron las AGEB, después, 2 manzanas por cada una de ellas y finalmente 10 viviendas.

Dada la magnitud del estrato de la ciudad de México, se seleccionaron 120 AGEB en la primera etapa; para los estratos de Guadalajara y Monterrey, fueron 60 AGEB y para las ciudades fronterizas 50. Esta selección se hizo con probabilidad proporcional al número de viviendas en cada AGEB.

Las manzanas seleccionadas fueron visitadas durante el trabajo de campo para realizar conteos, listados y croquis de las viviendas que contenían. Cuando una de ellas tenía menos de 15 viviendas ocupadas, se unía con la manzana "contigua al este" de la seleccionada para formar la unidad secundaria de muestreo. Cuando la manzana tenía 100 viviendas o más, se dividía en dos para formar 2 unidades secundarias de muestreo en la misma manzana.

Para conformar los estratos de las regiones norte, centro y sur, las unidades primarias de muestreo fueron los municipios, entre los que se seleccionó a 6 con probabilidad proporcional al tamaño de la población urbana proveniente del Conteo de Población 1995. Las unidades secundarias de selección fueron las AGEB. En la segunda etapa de muestreo se seleccionó 4 AGEB por municipio con probabilidad proporcional al número de viviendas en cada una.

Por cada AGEB seleccionada se obtuvo un mapa amanzanado en el que se contó y numeró las manzanas que contenía, ya que la unidad de la tercera etapa de muestreo fue la manzana o un grupo de ellas. Cuando una localidad tenía menos de 4 AGEB se seleccionaba directamente 16 manzanas de entre todas las que conformaban la localidad. Las manzanas seleccionadas fueron visitadas para realizar conteos, listados y croquis de las viviendas que contenían. Cuando una manzana tenía menos de 15 viviendas ocupadas, ésta se unía con la manzana "contigua al este" de la seleccionada, para formar la unidad terciaria de muestreo. Cuando la manzana tenía 100 viviendas o más se dividía en dos para formar 2 unidades terciarias de muestreo en la misma manzana. Se eligieron 4 manzanas por cada AGEB.

Las viviendas listadas fueron divididas en segmentos compactos de 7 viviendas en promedio. Éstos conformaron las unidades de muestreo de la cuarta etapa. En ésta se seleccionó con igual probabilidad un segmento de entre todos los que se formaron en cada unidad terciaria de muestreo.

En la última etapa de muestreo se seleccionó a un adulto y a un adolescente por hogar. Para cada cuestionario de hogar aplicado, se registró a todos los residentes ordenándolos de menor a mayor y se aplicó el cuestionario individual a la persona seleccionada.

Al terminar el trabajo de campo, en total (contando a los adolescentes y adultos) se había visitado 13 288 viviendas. De éstas, se obtuvieron 12 015 entrevistas completas y 1 273 registradas como no respuesta, lo que equivale a un 9.6%, del que, entre otras razones, 3.4% se debió a que no se encontró a ninguna persona en el hogar que pudiera proporcionar la información y 3.3% se negó a dar información.

Se seleccionó a 4 325 adolescentes, de los cuales se obtuvieron 3 882 entrevistas completas y 443 entrevistas registradas como no respuesta, esto es, un 10%. De éste, 6.8% se negó a ser entrevistado y 1.4%, entre otras causas de no respuesta, fueron ausentes temporales.

En el caso de los adultos se seleccionó a 6 523, de los cuales se obtuvieron 5 711 entrevistas completas y 812 registradas como no respuesta, esto es, un 12.5%, del que además de otras razones, 7.2% se negó a contestar el cuestionario y 2.7% fue de ausentes temporales. La tasa de respuesta global fue de 87.5%.

Debido a que la tasa de no respuesta de la ENA 98 presentó un comportamiento diferencial por estrato, fue necesario aplicar un factor de corrección a las estimaciones cuando éstas se calcularon para el conjunto de los estratos.

De acuerdo con el diseño de la encuesta, se obtuvo una muestra autoponderada a nivel de cada estrato para hogares y adultos de 18 a 65 años; ello significa que, para estimar cualquier característica a nivel estrato basada en los hogares o en los adultos, no se requirió un ponderador debido al diseño de muestreo. Sin embargo, para cualquier estimación nacional (basada en el conjunto de los 9 estratos), sí fue necesario ponderar el resultado mediante estimadores separados.

Al interior de los hogares, los jóvenes de 12 a 17 años fueron seleccionados con distinta probabilidad, según el número de éstos en cada hogar. De acuerdo con este diseño, la de jóvenes no fue una muestra autoponderada, por lo que fue necesario usar un ponderador para estimar resultados a partir de dicha muestra. Para hacer estimaciones conjuntas de jóvenes y adultos también fue necesario ponderarlas.

Los datos obtenidos por la ENA 98 están sujetos a un error muestral, como consecuencia de haber entrevistado a una muestra y no a la población completa. El cálculo de los errores muestrales se hizo de acuerdo con el muestreo de la encuesta y utilizando el programa de computadora denominado Computation and Listing of Useful Statistics on Error Sampling (CLUSTERS), desarrollado por la Encuesta Mundial de Fecundidad (WFS) para diseños de muestreo complejos, lo que permitió estimar los intervalos de confianza.