REPORTE GLOBAL

 

RESULTADOS Y CONCLUSIONES DISTRITO FEDERAL

CARACTERÍSTICAS SOCIODEMOGRÁFICAS

De los 10,879 estudiantes encuestados, el 48% son varones, y el 50% mujeres. Congruente con la distribución de los estudiantes por grupos de edad, la mayoría de la muestra se ubica en los grupos más jóvenes: 56% tiene 14 años o menos, y 90% de los estudiantes son menores de 18 años (gráfica 1); la distribución de hombres y mujeres en este sentido es similar. El 64% de la muestra se ubica en el nivel de secundaria, 28% en el nivel preparatoria y solamente un 8% en escuelas técnicas (gráfica 2). Cuatro de cada 100 estudiantes encuestados había dejado los estudios el año anterior a la encuesta y una proporción similar trabajó tiempo completo durante ese mismo período (gráfica 3).

PREVALENCIA DE CONSUMO DE DROGAS.

El tabaco y las bebidas alcohólicas son las sustancias más consumidas por este grupo de la población, a pesar de que para el 90% de ellos se trata de sustancias que legalmente no pueden comprar o consumir en establecimientos en que se expenden estos productos.

Tabaco. Alrededor de la mitad de los estudiantes ha fumado tabaco alguna vez (48%); los índices de uso son ligeramente superiores entre los varones con una proporción de 1.3 hombres por cada mujer que fuma (gráfica 4·). El consumo se incrementa paulatinamente con la edad; el 31% de los estudiantes de 13 años reportó haber fumado, fenómeno observado en el 68% de los jóvenes de 17 años y en 72% de aquellos de 18 años, aunque ya no se observa un incremento importante en los índices de consumo al alcanzar la mayoría de edad. Los índices más altos se ubican en los bachilleratos (63%) y en las escuelas técnicas (60%), mientras que en las escuelas secundarias el porcentaje es de 49%. El consumo es más importante entre aquellos estudiantes que habían abandonado sus estudios el año previo a la encuesta, entre los que no habían sido estudiantes de tiempo completo, o en aquéllos que habían trabajado.

Las delegaciones de Alvaro Obregón, Benito Juárez, Tlalpan y Magdalena Contreras mostraron índices significativamente más altos que la media del Distrito Federal; índices por debajo de la media fueron obtenidos en Iztapalapa, Milpa Alta y Venustiano Carranza. Las escuelas técnicas muestran una tendencia un tanto diferente con los índices más elevados en Tlahuac y Benito Juárez, y con índices más bajos en Cuauhtémoc y Milpa Alta.

Bebidas Alcohólicas. Casi tres cuartas partes de los estudiantes (74%) ha consumido bebidas alcohólicas alguna vez y cerca del 25% lo hizo en el mes anterior al estudio (gráfica 5). Las diferencias por sexo en los índices de experimentación con estas sustancias no son muy contrastantes (78% varones y 70% mujeres). Es decir, una proporción de 1.11 varones por cada mujer.

Las diferencias se agudizan cuando solamente se considera el consumo al momento de levantar la encuesta (durante los 30 días previos a la contestación del cuestionario), con una proporción de 1.76 varones por cada mujer (31% y 17%, respectivamente) (gráfica 6).

Los índices de experimentación se incrementan conforme aumenta la edad, pero con diferencias menos marcadas que en el caso del tabaco. Mientras que el 64% de los menores de 13 años reportaron haber ingerido alcohol alguna vez, esto ocurrió en el 88% de los que habían alcanzado la mayoría de edad. El consumo durante el mes previo al estudio fue 5 veces superior entre los mayores de 16 años (38%) que entre los de menor edad (8%). Los índices más importantes para el consumo reciente se observan en los bachilleratos (36%), seguidos por las escuelas técnicas (32%), y en último lugar las secundarias (18%) (gráfica 7).

Al igual que en el caso del tabaco, el haber dejado los estudios el año previo y el haber trabajado se constituyen como factores de riesgo para el consumo.

Entre la población encuestada se observaron índices importantes de abuso, ya que 3% de los estudiantes encuestados reportaron beber cinco copas o más por ocasión de consumo, una vez por semana, y el 9% lo hace alrededor de una vez por mes. Esta práctica es más propia de los varones; una proporción de 18 hombres por cada mujer reportó haber ingerido alcohol 3 ó más veces por semana (3.91% y 0.22%). Las bebidas de preferencia de estos adolescentes son los "cocteles" o "coolers" y la cerveza, seguidos por los destilados (gráfica 8).

Seis delegaciones mostraron índices de consumo actual por arriba de los intervalos de confianza de la muestra total para el Distrito Federal, estas fueron en orden de importancia Benito Juárez, Cuauhtémoc, Alvaro Obregón, Tlalpan, Coyoacán y Atzcapotzalco. Dos delegaciones se desviaron por debajo de la media, Milpa Alta y Tlahuac.

PREVALENCIA DEL CONSUMO DE OTRAS DROGAS.

Los estudiantes han experimentado con más frecuencia con solventes inhalables (4.82%) que con otras sustancias; la segunda droga más usada es la mariguana (3.58%), luego la cocaína (1.66%), y les siguen los alucinógenos (0.82%) y en menor proporción el crack (0.65%) (gráfica 9).

Cuando se considera únicamente el consumo en el último mes, la mariguana ocupa el primer lugar (1.17%), seguida por los inhalables (1.05%) (gráfica 10).

La cocaína y los alucinógenos se asocian más con la experimentación que con el uso continuado; solamente 18% de los estudiantes que reportaron haberlas consumido lo hicieron en más de 5 ocasiones; el crack y la mariguana se asocian más frecuentemente con el uso continuado (22% y 31% respectivamente), es decir, una proporción menor de estudiantes abandona su uso después de haber experimentado sus efectos una o dos veces.

Los índices tanto de experimentación como de uso actual son más importantes entre los varones, con diferencias más marcadas que las observadas en el caso del tabaco y de las bebidas alcohólicas. Cinco veces más varones han probado los inhalables y cuatro veces más, la mariguana (gráficas 11, 12 y 13).

Los índices de consumo muestran un marcado aumento conforme se incrementa la edad de los usuarios, por ejemplo, solamente
0.6% de los menores de 13 años reportó haber probado la mariguana, pero esto ocurrió en 13% de los mayores de 18 años; el uso de cocaína mostró un comportamiento similar con 0.31% y 6.68%, respectivamente (
gráficas 14 y 15). El consumo actual de mariguana y cocaína es más importante entre los estudiantes que han alcanzado la mayoría de edad, el uso de crack es más frecuente entre los 17 y 18 años, y los inhalables en el grupo de menor edad (entre los 16 y 18).

Tendencias 1991-1993. En comparación con los índices de consumo reportados en 1991, se observa un incremento significativo en el número de usuarios actuales de cocaína y de alucinógenos, y una tendencia al incremento en el consumo de mariguana, aunque este no alcanza a ser significativo. El índice de estudiantes que reporta haber experimentado con las otras sustancias investigadas no presenta diferencias significativas.

VARIABLES ASOCIADAS AL CONSUMO

Percepción de las consecuencias del consumo en la escuela. Se preguntó a los estudiantes qué hacía el maestro si el estudiante llegaba intoxicado. De acuerdo con los alumnos, la respuesta más frecuente del maestro es tratar de ayudarlo aconsejándolo (24%) o llamar a sus padres (20%); la expulsión o enviarlo al departamento de orientación ocuparon el tercer lugar (12%); una proporción pequeña (2.56%) consideró que el maestro no hacía nada (gráfica 16); la delegación de Tlahuac destaca en este aspecto, pues un 8% de alumnos dio ésta respuesta.

Tolerancia Social hacia el consumo de Sustancias. En general la tolerancia social hacia el consumo de sustancias tóxicas es baja, pues menos del dos por ciento de los estudiantes del Distrito Federal respondió que sus compañeros verían bien si usara, aunque fuera solamente una o dos veces, sustancias tales como mariguana, cocaína, inhalables, heroína o anfetaminas, con poca variación por tipo de sustancia; más de las dos terceras partes de los estudiantes entrevistados respondieron que sería una conducta mal vista (gráfica 17).

La mayor tolerancia se observó para el consumo de bebidas alcohólicas; 6% consideró que sus amigos verían bien si tomara 1 ó 2 copas una o dos veces a la semana, mientras que el 41% consideró que lo verían muy mal (gráfica 18). El fumar una o más cajetillas por día o el tomar alcohol todos los días fue relativamente más tolerado que probar otras sustancias. Cuando se pregunta a los estudiantes sobre consumo frecuente de grandes cantidades (4 ó 5 copas todos los días), los índices de tolerancia son bajos, similares a los observados en el caso de las sustancias ilegales.

Existen variaciones interesantes en el nivel de tolerancia social al interior de las delegaciones. Destacan Xochimilco y Tlahuac con una mayor aceptación hacia la experimentación con mariguana, inhalables y cocaína, Milpa Alta y Tlahuac para el consumo de tabaco y alcohol.

Percepción del Riesgo asociado con el Consumo. A diferencia de lo que se observa cuando se investiga la tolerancia social hacia el consumo, que es en general baja, así se trate de experimentación, uso regular o de diferentes tipos de sustancias, los estudiantes muestran variaciones importantes en su percepción de riesgo de experimentar o usar frecuentemente diferentes drogas. Más de una tercera parte de los estudiantes consideró muy peligroso experimentar con sustancias 1 ó 2 veces, y dos terceras partes, hacerlo regularmente. El orden que ocuparon las sustancias, en cuanto a la percepción de riesgo, de menor a mayor fue: anfetaminas, mariguana, inhalables, cocaína y heroína (gráfica 19).

La percepción de riesgo asociado con el consumo de tabaco y alcohol es muy baja; menos de la mitad de los estudiantes (46%) reportaron que era muy peligroso fumar 1 ó más cajetillas de cigarros al día (gráfica 20), solamente 11% consideró peligroso beber 1 ó 2 copas de alcohol 1 ó 2 veces por semana. Cuando se trata de beber todos los días (38%), o tomar frecuentemente grandes cantidades de alcohol (61%), la percepción de riesgo se acerca a la reportada para las otras drogas .

Contacto con Usuarios. Como era de esperarse, los estudiantes están más en contacto con usuarios de tabaco (81%) y alcohol (70%) que con usuarios de otras drogas, si bien una proporción importante respondió tener amigos que usaban mariguana (21%), tranquilizantes (17%), inhalables (11%), cocaína (8%), anfetaminas (5%) y crack o heroína (4%).

VARIACIONES POR DELEGACIÓN.

Mariguana. Las delegaciones de Cuauhtémoc, Atzcapotzalco y Coyoacán muestran índices de experimentación superiores a la media de la Ciudad de México; desviaciones en sentido negativo se observaron en Milpa Alta, Iztapalapa y Cuajimalpa. Cuando se considera el consumo activo, esto es, el que ocurrió en el mes previo al estudio, solamente Atzcapotzalco y Milpa Alta muestran desviaciones significativas en sentido positivo y negativo respectivamente (mapa 1).

Cocaína. Los índices de consumo de cocaína son significativamente superiores en las delegaciones Cuauhtémoc (4.63%) y Coyoacán (2.67%), con índices muy elevados en la primera delegación mencionada en comparación con el promedio de la Ciudad Capital (1.66%). Índices por debajo de la media se observaron en Milpa Alta, Miguel Hidalgo y Gustavo A. Madero. Cabe resaltar el hecho de que cuando se considera el consumo activo en el momento del estudio, Iztacalco (1.27%) se desvía significativamente del índice reportado en el Distrito Federal (0.59%), y el consumo en la Delegación de Coyoacán deja de ser significativamente distinto a la media (mapa 2).

Crack. El derivado de coca conocido como crack muestra índices bajos de consumo tratándose principalmente de casos aislados. Entre los 10,879 encuestados se detectaron solamente 71 estudiantes que habían experimentado con esta sustancia. No obstante, las delegaciones de Cuajimalpa, Benito Juárez, Alvaro Obregón y Atzcapotzalco concentraron mayor número de casos que la media para el Distrito Federal. No se detectó consumo actual en las delegaciones de Gustavo A. Madero, Magdalena Contreras, Milpa Alta y Venustiano Carranza.

Inhalables. Se trata de las sustancias que mayor número de estudiantes han usado. Su consumo es en general elevado en todas las delegaciones, pero sobresalen Atzcapotzalco, Iztapalapa y Venustiano Carranza (mapa 3).

Alucinógenos. En general, el consumo de esta sustancia es bajo, solamente 8 de cada 1,000 estudiantes han experimentado sus efectos, y 2 de cada 1,000 lo hizo en el mes anterior al estudio. Los índices de consumo son bastante homogéneos en las diferentes delegaciones, destacándose solamente Coyoacán en cuanto a experimentación y Cuajimalpa en el consumo actual. Ningún estudiante de escuelas ubicadas en las delegaciones Magdalena Contreras, Milpa Alta, Tlahuac, o Venustiano Carranza reportaron haber usado este tipo de sustancias en el mes previo al estudio.

RESULTADOS SOBRE LAS PREGUNTAS DE OPINIÓN

Opinión sobre la utilidad de la Información: Al preguntar a los estudiantes del Distrito Federal su opinión sobre la utilidad de la información que reciben en la escuela y a través de los medios de comunicación sobre los problemas juveniles, se encontró que el 30.02% opinó que la información recibida por los medios de comunicación es más útil que la impartida en la escuela, un 42.06% se mostró indeciso y el 25.05% no estuvo de acuerdo con la utilidad de la información dada por los medios de comunicación (gráfica 21).

A pesar de que la mayoría de las delegaciones coincidieron en que era más útil la información dada por los medios de comunicación; las delegaciones Alvaro Obregón y Miguel Hidalgo opinaron lo contrario con porcentajes de 30.9 % vs 30.46% respectivamente, en favor de la información proporcionada por la escuela.

En cuanto a si la información con la que cuentan los estudiantes actualmente les da la posibilidad de ser críticos y reflexivos respecto a los problemas de la juventud, se encontró que el 55.95% opinaron a favor de esta hipótesis, un 32.97% se mostró indeciso y el 9.32% manifestó desacuerdo (gráfica 22).

El 72.09% del total de la muestra entrevistada, estuvo totalmente de acuerdo en que un consejo escolar de participación social podría ser adecuado para expresar sus inquietudes, un 21.44% se mostró indeciso y el 4.39% no estuvo de acuerdo con que un consejo de participación social fuera un foro que beneficiara su participación

Lugar, medios de comunicación y horarios preferidos para recibir información: Entre los medios preferidos para recibir información se encontró que la escuela (46.47%), así como cursos y conferencias (42.78%) ocuparon los dos primeros lugares, en tanto que los medios de comunicación como la radio, la televisión, revistas y los periódicos ocuparon los últimos lugares (gráfica 23).

Respecto a los horarios de mayor demanda para recibir información relativa a prevención se encontró mayor disposición en el horario vespertino con un 48.04%, mientras que el 29.28% prefirió las mañanas, un 12% manifestó no tener tiempo y solo el 10.32% estaría dispuesto a recibirla por las noches (gráfica 24).

Entre los lugares que se consideran más adecuados para recibir información sobresalieron las Instituciones especializadas (clínicas, hospitales, etc.) con un 37.90%, les sigue el hogar con un 27.63%, y la escuela con un 26.05%

Necesidades de Información: Al preguntar acerca de la necesidad de contar con mayor información sobre los temas de interés, los estudiantes se inclinaron por el tema de sexualidad (56.22%). En orden de importancia le siguen: drogas (45.45%), medio ambiente (31,57%), alcoholismo (19.17%) y tabaquismo (l7.70%) (gráfica 25).

Cantidad de Información: Más de la mitad de los estudiantes entrevistados manifestó tener información suficiente sobre drogas, sexualidad y medio ambiente, un 30.25% dijo contar con información amplia, y solo el 17.20% reportó no tenerla (gráfica 26).

En las delegaciones Benito Juárez y Alvaro Obregón los porcentajes de desacuerdo respecto a la cantidad de información que los jóvenes poseen se encuentran más elevados que el promedio general, con cifras de 40.29% y 37.37%, respectivamente, para la opción de no tener información.

Opinión sobre problemas de Drogas, Sexualidad y Medio Ambiente: Al preguntar acerca de la incidencia de embarazos entre mujeres jóvenes, se encontró que el 53.63% de los encuestados estuvieron de acuerdo en que la falta de información era la causa principal de este fenómeno; el porcentaje restante se dividió entre quienes estaban en desacuerdo con esta aseveración y quienes estuvieron indecisos. En este sentido todas las delegaciones tendieron a dar el mismo tipo de respuestas.

Al explorar la opinión referente al consumo de drogas entre los estudiantes, el 78.04% de la muestra encuestada coincidió en que este era un problema importante entre sus compañeros, un 6.04% se mostró indecisa y el 30.73% manifestó no estar de acuerdo. Una vez más, la opinión es homogénea en todas las delegaciones.

El 88.58% de los casi 11,000 estudiantes encuestados en el Distrito Federal estuvo totalmente de acuerdo en que la organización entre estudiantes, padres y maestros para el cuidado del medio ambiente y la resolución de los problemas de la juventud es indispensable. Solo el 5.18% y el 3.21% estuvieron indecisos o en desacuerdo, respectivamente.

Calidad de la Información proporcionada a los estudiantes sobre Drogas, Sexualidad y Medio Ambiente: El 83.56% de la muestra reportó que la información proporcionada por los medios de comunicación respecto al cuidado del medio ambiente es buena y el 77.55% opinó lo mismo acerca de la información que se da en las escuelas.

Respecto al manejo de la sexualidad, los estudiantes opinaron que la información proporcionada tanto por la escuela como por los medios de información es eficiente (59.92% y 49.575%, respectivamente).

En el caso de la información relacionada con el daño que ocasiona consumir drogas, se observo que aproximadamente la mitad de la población opinó que la información recibida en la escuela era buena y el 45,53% consideró lo mismo respecto a la información transmitida por los medios de comunicación (gráfica 27).

 

CONCLUSIONES DISTRITO FEDERAL

Los resultados de la evaluación de 1993 confirman la tendencia observada en estudios anteriores en lo que se refiere al elevado índice de abuso de tabaco y bebidas alcohólicas entre los estudiantes de educación media y media superior. Un alto índice consume grandes cantidades de alcohol semanalmente, práctica que se asocia con el consumo de cerveza y de las bebidas conocidas como "cocteles" y "coolers", principalmente.

Parece ser que para estos jóvenes, en su mayoría menores de edad, el consumo de estas sustancias es una práctica normal que se incrementa con la edad sin mostrar cambios significativos a partir de que se pueden comprar y consumir legalmente. El tabaco y el alcohol son las sustancias que consumen mayor número de amigos, que presentan los índices más bajos de percepción de riesgo, los más altos de tolerancia social y que presentan menor motivo de preocupación o necesidad de información.

El consumo de otras sustancias es menor, sin embargo, resaltan dos hechos: el primero es que de 1991 a 1993 no aumenta en forma significativa el índice de experimentación con sustancias, pero si se incrementa la proporción de casos activos de cocaína y alucinógenos, es decir, el número de jóvenes que consumió estas sustancias en los 30 días previos a la encuesta; el segundo factor a considerar es la presencia de consumo de crack, que si bien se trata aún de casos aislados, se presentó en varias delegaciones.

Después del tabaco y el alcohol, los inhalables son las sustancias con las que se ha experimentado más, si bien la mariguana ocupa el primer lugar en el índice de casos activos. Las primeras sustancias son más propias del grupo de edad de 16 a 18 años, mientras que el uso de mariguana es más común en los grupos de mayor edad.

Se observan diferencias importantes por delegación, destacando Cuauhtémoc y Coyoacán por sus mayores índices de consumo de bebidas alcohólicas, mariguana y cocaína; Atzcapotzalco por sus índices superiores en uso de Inhalables, crack, mariguana y alcohol; Benito Juárez, de tabaco, alcohol y crack; Iztacalco, de casos activos de cocaína, y Cuajimalpa por la desviación hacia un mayor uso de crack y alucinógenos.

Los índices de tolerancia social se mantienen bajos, desafortunadamente también los asociados con la percepción de riesgo. Sin embargo, se encuentra también mucho interés por parte de los estudiantes de recibir información y participar en programas que se ocupen de estos fenómenos.

En las respuestas de los estudiantes a las preguntas de opinión, se percibe que tienden a pensar que la calidad de la información que reciben a través de los medios de comunicación o de la escuela es similar. Sin embargo, hubo una preferencia de los estudiantes por señalar que la escuela es el medio preferido para recibirla.

También hay una tendencia a dar credibilidad a la información impartida por cursos y conferencias, y solo una proporción menor manifestó preferir a los medios de comunicación masiva (Televisión, radio, revistas, etc.) como informantes.

En este sentido, existe una clara inquietud para crear foros por medio de los cuales los sectores involucrados en la educación propongan soluciones concertadas y eficientes. Este orden de cosas no obsta, sin embargo, para que la mayoría de los estudiantes opinen que el cúmulo de información que reciben por uno u otro medio de información les permita ser críticos y reflexivos respecto a los problemas que atañen a la juventud.

El sentir de los estudiantes es que la drogadicción es un problema importante en la comunidad escolar, y que la falta de información, particularmente en el área de la sexualidad, es origen de muchos problemas. En este mismo orden de ideas, una proporción importante de estudiantes señaló la necesidad de recibir información referente al cuidado del medio ambiente.

En general, se observa una tendencia a demandar mayor calidad y cantidad de información. Se puede inferir que si se trabaja en el mejoramiento de los servicios ofrecidos por la escuela en materia de educación preventiva, seguramente se alcanzarán buenos resultados ya que existe la disposición y la necesidad del estudiantado de participar en su desarrollo pleno.

Finalmente, los resultados de la encuesta nos indican, que si bien existen esfuerzos para informar y combatir problemas propios de la juventud, estas medidas tienen que coordinarse y responder con mayor precisión a las necesidades reales de los usuarios.