Comisión Mexicana de
MACROECONOMÍA Y SALUD
  

 

 

 

Esto no sólo reduciría el sufrimiento humano, sino que los beneficios económicos serían enormes, muchas veces superiores a los costos de las propias intervenciones en salud.

Para el año 2010, en los países en desarrollo podrían evitarse cada año unos ocho millones de defunciones debidas a infecciones y enfermedades maternas.

La esperanza de vida al nacer es de 51 años en los países menos adelantados, frente a 78 años en los países de altos ingresos.

En los países de bajos ingresos, las necesidades económicas mínimas para hacer frente a los desafíos en materia de salud y cubrir las intervenciones esenciales, incluida la lucha contra la pandemia de SIDA, son de 30 a 40 dólares por persona al año. Los países menos adelantados gastan hoy día en salud unos 13 dólares por persona al año.

Poner remedio al desfase económico exige financiamiento de donantes, combinado con el máximo esfuerzo por parte de los países receptores. Se necesitarán aproximadamente 27 mil millones de dólares anuales en subvenciones de donantes para el año 2007, frente a los 6 mil millones aportados en la actualidad.

Para el año 2015 sería preciso aumentar 66 mil millones de dólares al año el gasto actual de los países de bajos ingresos, lo que generaría un beneficio económico de 360 mil millones al año, como mínimo.

La fijación diferenciada de precios es la mejor solución para garantizar el acceso a los medicamentos esenciales en los mercados de bajos ingresos. Con este sistema, los países ricos financiarían las actividades de investigación y desarrollo, y los países pobres sólo cubrirían los costos marginales de producción.

Comisión sobre Macroeconomía y Salud de la Organización Mundial para la Salud

Datos y Cifras Relevantes


En los países menos desarrollados, las tasas de mortalidad de menores de cinco años ronda los 160 por mil nacimientos, frente a 6 por mil en los países de ingresos altos.

La reducción de las tasas de mortalidad de lactantes va seguida de menores tasas de natalidad y mayor crecimiento económico.

Un aumento de 10 por ciento en la expectativa de vida al nacer está asociado con un aumento del crecimiento económico de hasta 0.3 o 0.4 puntos porcentuales al año.

Las sociedades con altas tasas de mortalidad infantil y de lactantes tienden a tener altas tasas de fecundidad, en parte para compensar la frecuencia de las defunciones infantiles. A su vez, la descendencia numerosa reduce la capacidad de las familias pobres para invertir lo suficiente en la salud y la educación de cada hijo.

La lucha contra las enfermedades es uno de los factores más importantes en la transición de los países desde un régimen de alta mortalidad, alta fecundidad y escaso crecimiento económico, hacia otro de baja mortalidad, baja fecundidad y mayor crecimiento económico.

A medida que las tasas de mortalidad infantil y de fecundidad descienden, la edad media de la población tiende a elevarse. Estos cambios demográficos impulsan el conjunto del PNB por habitante, las tasas de ahorro y el crecimiento económico.

La ampliación de la cobertura de las intervenciones de salud a la población de escasos ingresos podría evitar millones de muertes cada año, muchas de ellas de niños menores de cinco años.