A
los valientes Mis
manos han tocado mil veces el testuz del toro al entrar a matar. Tus manos
han curado las heridas de mi cuerpo. Miles de ojos me han visto hacer el paseíllo. Tus
ojos han visto lo más profundo de mi ser. La
faena la realizo en la plaza. Tú, en el quirófano. Nuestro
mundo lo iluminan mil luces. Y llego a tus manos con los ojos cerrados. Tú
me recibes con las manos tranquilas, el corazón sereno y los ojos muy alertas. Eres
el único que me dice que me voy a recuperar para torear de nuevo. Y
te pregunto, ¿cuándo? Transformas
en dulces los medicamentos que me das como si fuera un niño. Tomas
mi mano para verificar mi agitado pulso. Y me invitas a que bebamos juntos,
a grandes tragos, la inspiración de lidiar a la muerte. Descubro
que te gusta la fiesta brava porque llevas en la bolsa de tu bata cápsulas
de destellos de luna. Te apareces ante mí para salvarme de las heridas
más dolorosas de sanar: ¡El miedo!, ¡los recuerdos! Mi
dolor es tu dolor. Mi recuperación tu inspiración. Encontrarte
tan valiente, luchando por mi vida, me convierte en tu ferviente admirador. | Poema
enviado por Jacinta Ruiz Rabasa, directora de Calisalud | | |
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